Conociendo la ocurrencia probable de la floración, así como también de los momentos en que no la hay (baches), el apicultor podrá definir el objetivo de producción de la empresa, adoptar la tecnología necesaria y armar el cronograma de tareas a lo largo del ciclo de producción.
El medio ambiente y el clima existente en un lugar donde se emplazan las colonias determinará la flora que existirá y predominará en esa zona. Además, de acuerdo a la influencia y al peso de los distintos factores que determinan el clima, será el comportamiento de floración que manifiesten las distintas especies.
Las ventajas y desventajas apícolas, las cuales, conjuntamente con las características de la empresa, serán las que ayuden a definir el objetivo productivo de la explotación. El conocimiento de la flora apícola de una zona va a permitir predecir el comportamiento y la evolución de la colonia en determinado ambiente.
Basándose en esta información, y teniendo en cuenta los datos disponibles de la tendencia del mercado, la percepción de la evolución de las colonias y la temporada, el apicultor es quién deberá tomar decisiones respecto del manejo de las colonias para tener una producción óptima en cantidad y calidad, en forma sustentable.
Además del conocimiento de la biología de las abejas (Apis mellífera), la caracterización e interpretación del medio ambiente donde se instalará el apiario permitirá predecir la oferta de alimento, fecha probable de floración, intensidad, momentos de carencia. Contando con esta información se podrá evaluar la factibilidad de alcanzar las metas productivas y tomar decisiones respecto de la factibilidad económica de la producción así como también evaluar las opciones tecnológicas más apropiadas. El momento y la secuencia en que se producen las floraciones de interés apícola, se conoce como cadena de floraciones. La misma se compone de la sumatoria en tiempo que especies de interés para las abejas se mantiene con flores. Sea que aporte néctar o polen o ambas.
Gráfico 1: Curva de floraciones
Elaborando las curvas individuales de las distintas floraciones, y luego sobremontándolas, se obtendrá el calendario de floraciones de interés apícola para un determinado apiario; herramienta fundamental para la planificación de las actividades del apiario. En este aspecto merece resaltar que no hay una receta o manejo para una determinada zona. Una vez conocido el comportamiento de las especies de la zona se deberá enfrentar con los factores y características de producción.
En base al análisis de esta información, se planificará la forma de trabajo para lograr el objetivo de producción. Dos apicultores, en una misma zona, pueden tener distintos fines, ya que los mismos tienen distintas realidades (tamaño de empresa, equipamiento, etc). Entonces, no hay “un manejo”, sino una cantidad de factores de producción particulares a cada productor que determinan “su manejo”. Evidentemente, las actividades productivas se va a ir adaptando, y ajustando, todos los años.
Hay que tener claro, que el manejo apícola está formado por una cantidad de operaciones que el apicultor debe de realizar en el correr del año, y que éstas tareas van atadas unas a otras. Esta secuencia de operaciones deben de tener resultados previsibles.
Fuente de información página de INTA Argentina
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