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Foto del escritorEzequiel Bertozzi

La importancia del agua para las abejas

En años con precipitaciones abundantes, suele pasar a un plano secundario la necesidad, por parte del apicultor, de administrar una fuente de agua. Sin embargo, en los últimos años, en la región pampeana núcleo, se registraron precipitaciones por debajo de la media histórica con una distribución irregular. Este escenario nos obliga a tener cada vez más presente la disponibilidad de agua por las colonias.


Es de importancia destacar que el agua debe ser de una fuente segura que no afecte la vida de las abejas y la inocuidad de los productos de la colmena. En sistemas agropecuarios de fuerte intensificación con uso de insumos externos que no apliquen adecuadamente buenas prácticas agrícolas, pueden ocasionar que el agua disponible para las abejas tenga características indeseadas. Por ello, en ambientes fuertemente antropizados es cada vez más importante atender la provisión de agua, tanto en calidad como en cantidad.


El área cercana a las plantas urbanas en regiones con fuerte agriculturización, como el sur de Santa Fe, posee una diversidad de especies que la hace de gran interés para la apicultura. En los últimos años, se ha revalorizado estos espacios para la producción de alimentos, en donde los polinizadores juegan un papel crucial. Los apiarios ubicados en el “periurbano” pueden ocasionar que las abejas recurran a las piletas de natación, entre otras fuentes de agua, pudiendo generar interferencias en la actividad de las personas. Más allá, de no representar un riesgo, la percepción de muchos ciudadanos sobre la abeja debe ser contemplada y trabajada. Este es otro punto a tener en cuenta por el apicultor y que justifican la provisión de recursos hídricos.


Los requerimientos y preferencias de las colonias


Las abejas recolectan agua para mantener sus funciones vitales como es: la regulación de la temperatura de la colonia (Kühnholz & Seeley, 1997), el mantenimiento de la humedad dentro de la colmena, alimentación larval (Nicolson, 2009) y disolución de mieles cristalizadas.

La relación entre los requerimientos y la disponibilidad de agua variará de acuerdo a la estación, condiciones climáticas del año, provisión de néctar, estado de las colmenas y la disponibilidad de sombra y ventilación del apiario, entre algunos factores. Los requisitos de agua en términos absolutos serán mayores durante los meses más calurosos.

La principal fuente de agua para las colmenas es el néctar, a través de su humedad contenida. El resto de las necesidades son cubiertas por pecoreadoras que recolectan agua. Cuando la temperatura ambiente es superior a 35 °C aumentan los requisitos de agua para realizar el enfriamiento por evaporación de la colmena. La cría necesita el control de temperatura y humedad en valores estrechos, para ello las abejas esparcen en una fina película sobre la cría operculada o en los bordes de las celdas que contienen larvas y huevos. Las obreras con sus alas generan corrientes de aire que causa la evaporación del agua y así enfrían el interior de la colmena (Huang, 2019).

Las abejas melíferas no siempre detectan (hasta donde sabemos) si el agua contiene pesticidas u otro xenobiótico. En el sur de Santa Fe y Córdoba se han observado mortandades en lugares con fuentes limitadas e inseguras de agua. Diversos investigadores han trabajado en el tipo de agua que seleccionan. Las fuentes que eligen son de lo más disimiles, desde agua de mar, aguas con alto contenido de materia orgánica o agua para el consumo humano. Pueden verse abejas en tanques, charcos de campos agrícolas, lagunas de tratamientos de efluentes u otros lugares de dudosa inocuidad.

Algunos autores plantean la preferencia del agua de acuerdo al contenido de sales, como estrategia de las colonias de complementar sus requisitos minerales. Butler, (1940) demostró que las abejas melíferas tienen fuertes preferencias por agua con concentraciones específicas de sal. Lau & Niehl (2016), probaron varias sales y observaron un rango de elección a una amplia gama de concentraciones de cloruro de sodio (sal común), situando las preferencias por encima de las concentraciones que existen en el agua de consumo humano. Si bien, la complejidad del tema requiere de mayores estudios al respecto, es un punto a profundizar para mejorar la nutrición de las colmenas.

Las abejas recolectoras exhiben facilitación social, se sienten atraídas por la presencia de otras abejas (Avargues-Weber et al., 2015) y, por lo tanto, está influenciado su complejo comportamiento de preferencias alimenticias por la observación de otros individuos. El mismo puede ser aprovechado en la estrategia de provisión de agua por el apicultor. Recursos que fueron elegidos permanecerán en la selección como fuente de agua por un tiempo.


Recomendaciones generales


- Proveer agua de una fuente conocida y segura.

- Los bebederos deberán contar con un sistema para evitar que se ahoguen las abejas (poca profundidad del fluido), si bien se han demostrado mecanismos de las abejas para autopropulsarse cuando caen el agua (Roha & Gharib, 2019).

- El lugar de los bebederos deberá contar (preferentemente) con sombra, estar situado a un máximo de 200 metros del apiario y evitar la introducción de hojas u otros contaminantes.

- El lugar elegido para la provisión de agua debe mantenerse a lo largo del tiempo.

- La cantidad necesaria de agua por colmena por día deberá calcularse de 250 a 500 ml.

- La sombra y ventilación de las colmenas, junto con un manejo asociado adecuado de acuerdo al ambiente deben ser tenidas en cuenta por el apicultor.


 

Referencias bibliográficas


- Avarguès-Weber, A.; Lihoreau, M.; Isabel, G. & Giurfa, M. Information transfer beyond the waggle dance: observational learning in bees and flies. (2015). Front. Ecol. Evol. 3:24.

- Butler, C. The choice of drinking water by the honeybee. (1940). J. Exp. Biol. 17:253-261. 253-261.

- Huang, Z. Honey Bee Nutrition. (2019). https://bee-health.extension.org/honey-bee-nutrition/

- Roh, C. & Gharib, M. Honeybees use their wings for water surface locomotion. (2019). Proc. Nat. Acad. Sci. 116 (49):24446-24451.

- Kühnholz, S. & Seeley, T. The control of water collection in honey bee colonies. Behv. Ecol. Sociobiol. (1997). 41:407-422.

- Lau, P. & Niehl, J. Salt preferences of honey bee water foragers. (2016). J. Exp. Biol. 219:790-796.

- Nicolson, S. Water homeostasis in bees, with the emphasis on sociality. (2009). J. Exp. Biol. 212: 429-434.

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